tío conejo
Decidió Tío Conejo regresar a su
cueva inicial; su tiempo en aquel hermoso lugar ya había terminado y además Tío
Tigre no se atrevería a mal tratarlo, luego de haber conocido a Hojarasca del
Monte y su formidable arma de guerra. Tío Lobo y Tía Chucha no serían gran
problema, con su astucia le sobraba y le bastaba.
Un día, cuando recogía algunas
yerbas cerca de su cueva, se vio sorprendido. Júa, júa, júa, júa..., un animal
negro y grande se aposentó muy cerca de él. Era Tío Gallinazo.
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